jueves, 23 de octubre de 2014

5 AÑOS DESPUES.....

Dentro de unos meses hará 5 años que vencí a la enfermedad, cómo pasa el tiempo, y cuánto ha llovido desde entonces. Mucha gente que leyó el blog me ha ido preguntando como me he ido encontrando. Me han preguntado detalles concretos ya que estaban pasando por lo mismo que yo pasé. Me pedían mi opinión sobre la convalecencia y sobre cómo había sido para mí los años posteriores a acabar el tratamiento. Pues bien, quiero haceros participes a todos de lo que han sido estos años para mí.

Cuando uno supera esta enfermedad, y como muchos ya sabréis no acaba el calvario. Empezamos un maratón de pruebas que duraran años. Yo 5 años después la verdad es que estoy cansado de tantas pruebas. Pero sé que es uno de los efectos colaterales de la enfermedad, y que aunque la hayamos superado, no estamos exentos de volver a recaer, y por eso hay que estar vigilantes. Vigilantes durante al menos 15 años. Sinceramente esto lo sigo llevando muy mal. Como recordareis a mí me sentaba fatal el contraste, y sigue siendo de la misma manera. Parece que últimamente mi cuerpo empieza a asimilarlo, y las últimas veces no me he puesto tan malo como solía estarlo. A pesar de todo espero que en los próximos meses me pasen la prueba de semestral, a anual. Será un descanso.

Por otro lado, en cuanto a la recuperación, me costó cerca de un año recuperarme de los efectos negativos de la quimioterapia. Los primeros meses la debilidad era horrorosa, pero no me sentí completamente recuperado hasta casi un año después. Para mí fue primordial el incorporarme a trabajar y poner un punto de normalidad en mi vida. También ayudó la comprensión de mis jefes que por mi trabajo sobre todo no me exigían físicamente lo mismo. Anímicamente a los pocos volvía a ser el “mismo”, y pongo las comillas, porque nunca he vuelto a ser el mismo. Me he vuelto más reservado, me como más aun los problemas. Creo que después de lo que pasamos por el cáncer, nunca volvemos a ser los mismos, al menos yo.
Por lo que general los años posteriores han sido muy buenos. Me recuperé plenamente de mi mega fractura luxación de tobillo. Lo suyo costó, pero a día de hoy las únicas secuelas que tengo son las cicatrices y alguna tendinitis que me recuerda lo que pasó. En esto tengo que agradecer la estimable ayuda de mi podólogo, un tío que con los meses me confesó que yo había sido un reto para él. Doble campeón del mundo de triatlón, un hombre acostumbrado a los retos, pero cuando vio mi pie, y yo le dije que quería correr y que debía volver a correr por mi trabajo….no lo vio tan fácil. A pesar de mucho esfuerzo, unas plantillas cojonudas y su mega paciencia, me he vuelto un corredor que disfruta cada vez que sale a correr. Desde entonces he tenido claro, que si he sido capaz de superar esta enfermedad, podré superar lo que me proponga. Y así ha sido desde entonces.


A los pocos años de superar la enfermedad, tuve la mayor alegría que una persona puede tener sobre esta tierra. Fui padre. Es cierto que necesitamos una ayudita (reproducción asistida), pero creo que han sido los meses de embarazo de mi mujer más intensos que he tenido. Y cuando nació mi peque Jesús, cada día ha sido una aventura nueva. Hoy ya tiene 2 años y medio. Esta hecho un gamberrete y se nos cae la baba a los dos, aunque cada día acabamos agotados de la energía que tiene. Y lo más cariñoso que es, y siempre buscándonos a darnos caricias y abrazos. Desde luego hoy mi vida no sería posible sin él. Es lo que me mantiene luchando en las dificultades y lo que alegra mi día. La alegría que muestra cuando nos ve, y como se hecha a nuestros brazos. Como si salgo a comprar el pan dos minutos y vuelvo, sale corriendo a recibirme y abrazarme como si pasara horas fuera. Y cuanto lo echo de menos cuando no estoy con él.
Hace poco más de un año y medio, tuve que marchar al extranjero 6 meses, ya que como recordareis soy de profesión militar, y a veces el deber te llama a la puerta. Por un lado fue muy reconfortante comprobar que volvía a ser el mismo de antes profesionalmente y que aguantaba lo que me echaran, creo que lo necesitaba, pero a la vez fue duro separarme de Jesús. Por suerte el tiempo pasó rápido, la misión pasó sin problemas importantes y volví a casa con la satisfacción del trabajo realizado.


Y por último una reflexión que ha hecho que mi vida sea un poco mejor. Es superar las metas que nos marquemos. Hemos superado un cáncer, algo nada fácil, quizá por suerte o por determinación, pero repito, algo nada fácil. Posteriormente, tuve que proponerme ser capaz de volver a recuperar mi tobillo y volver a correr. Después intentar perder los 25 kg que había engordado post tratamiento. A día de hoy aún sigo poniéndome pequeñas metas, principalmente en el deporte que es lo que ha hecho que me recupere más rápido psicológicamente. Hace apenas unos días, acabe por primera vez el medio maratón de Valencia. Tenía claro que para mí iba a ser una meta de superación. Era un reto nada fácil, y aunque físicamente me encuentro muy bien, es una distancia (21km) a la que debes de tener respeto. Por supuesto he conseguido hacerlo satisfactoriamente, aunque me hubiera gustado haberlo hecho en menos tiempo (1h58 min), pero estoy seguro que en posteriores carreras lo conseguiré. Y una de las cosas que más me motivo es saber que corría el 19 de octubre día contra el cáncer, y que el acabar la carrera y entrar en la meta, significaría que la organización donaría un euro más de lo que yo ya había aportado en la inscripción para la lucha contra el cáncer.


Por eso quiero deciros, la vida es una continua lucha, es cuestión de superar los obstáculos que se nos pone delante, y superar las metas que nosotros nos proponemos, así es como crecemos como personas y como seremos más fuertes cada vez para superar lo que se nos ponga por delante. No lo olvidéis, nunca se ha de parar de luchar. A los que estéis metidos en la lucha, mucho ánimo, todo llega y todo acaba. Y aprender que esto solo es una batalla, más dura de lo normal, pero que debéis de ganar y tener el convencimiento de que debéis luchar al máximo. Y aprenderéis una barbaridad de ello. Y a los que ya lo hemos superado no bajemos la guardia. Pero sobre todo no nos cansemos de luchar y superarnos cada día. Así seremos mejores personas, y unos referentes para los que nos rodean. Recordar el título de una de las entradas del blog “no quiero que me tengan lastima”, quiero que me respeten y admiren por lo que lucho cada día y me supero y no por lo que he pasado.


Me alegro seguir siendo de ayuda a muchos que aún pasan por este trance, y a vosotros, aquí me tendréis siempre que necesitéis un consejo, una opinión o un empujón.